¿Y si las historias para niños fueran de lectura obligatoria para los adultos? ¿Seríamos realmente capaces de aprender lo que, desde hace tanto tiempo, venimos enseñando?
José Saramago

jueves, 29 de marzo de 2012

ACTO DÍA DE LA MEMORIA. PALABRAS DE LA DOCENTE

Las siguientes son las sentidas palabras que dijo la maestra de 7º grado A, turno mañana, en el acto realizado el día 26 de marzo por el Día de la Memoria. Algunos de los contenidos, aclara la maestra Fabiana, fueron extraídos en distintas fuentes de información.
"Se cumplieron 36 años y sin embargo aún hoy digo 24 de marzo y me estremezco.
Es el día más nefasto de nuestra historia.
Miren que a lo largo de nuestra historia hemos pasado de todo como país, pero no hay nada comparable con esa fecha.
Fue el comienzo del reinado de la muerte. Del horror, el desprecio por la vida y los derechos de los demás.
Todas las sociedades en algún momento de su historia tocan fondo. A nosotros nos tocó el 24 de marzo de 1976.
Es nuestra responsabilidad recordar aquella hecatombe social que vivimos para que aquél veneno que inocularon en las venas abiertas de la sociead no nos envenene más.
Que nadie olvide que no dejaron delito por cometer.
Que el terrorismo de Estado no es un temporal de la naturaleza, por el contrario es un producto surgido por la sociedad en la que vivimos. Que un genocidio tiene mil explicaciones y no tiene ninguna.
Debemos decir que una parte importante de la sociedad civil respiró aliviada cuando los militares asaltaron el gobierno. No había conciencia profunda del verdadero significado de la palabra democracia ni del concepto de derechos humanos.
Era muy difícil saber que los golpistas iban a utilizar todas las formas de la muerte. No hay imaginación tan siniestra que pueda comprender los asesinatos y secuestros de niños, las torturas a embarazadas, a discapacitados, los tormentos a abuelos delante de sus hijos o nietos y las venganzas sobre familias enteras.
Eran tiempos que según Eduardo Galeano los argentinos nos dividíamos en cuatro especies: los aterrados, los desterrados, los encerrados y los enterrados.
La escuela es un lugar privilegiado donde poder trabajar en la reconstrucción de la memoria colectiva. Recordar debe convertirse en un proceso de aprendizaje compartido colectivamente.
El ejercicio de la memoria es sinónimo de salud mental para una sociedad.
Y la práctica sostenida del diálogo sobre cualquier silencio.
Para que el golpe no nos siga golpeando.
Para que todos sepamos lo que nos pasó.
Para que no nos vuelva a pasar.
Para que el terrorismo de Estado y la impunidad nunca más sean posibles
NUNCA MÁS,
muchas gracias.